Las estructuras lattice han estado tradicionalmente asociadas con aplicaciones aeroespaciales, donde reducir peso sin comprometer la resistencia es una prioridad absoluta. Pero la realidad es que estas geometrías están encontrando rápidamente su lugar en una amplia variedad de industrias. Desde soportes automotrices y electrónicos de consumo, hasta implantes ortopédicos e intercambiadores de calor industriales, los diseños lattice están transformando la manera en que los ingenieros piensan sobre la eficiencia del material y el rendimiento.
El valor de las estructuras lattice radica en su capacidad de hacer más con menos. Al eliminar estratégicamente material no funcional y reemplazarlo con patrones geométricos optimizados, los fabricantes pueden reducir peso, disminuir el uso de material e incluso ajustar el comportamiento mecánico de una pieza. Por ejemplo, un lattice puede ser rígido en una dirección y flexible en otra, ofreciendo una libertad de diseño que no es posible con estructuras sólidas.
La manufactura aditiva es el habilitador de esta tendencia. Los métodos sustractivos tradicionales no pueden producir entramados internos complejos, pero la impresión 3D los hace factibles, incluso a escalas pequeñas. Los diseñadores pueden experimentar con diferentes tipos de lattice, como gyroid o TPMS, para equilibrar resistencia, flexibilidad y flujo de aire. En aplicaciones térmicas, como intercambiadores de calor, las estructuras lattice pueden mejorar drásticamente el área superficial y las tasas de transferencia de calor.
A medida que las industrias enfrentan creciente presión para reducir costos, disminuir emisiones y mejorar el rendimiento, las estructuras lattice ofrecen una solución poderosa. Su aplicación ya no está limitada al cielo: ahora están presentes en pisos de producción, hospitales e incluso en los electrodomésticos de tu hogar. Adoptar este cambio en diseño puede desbloquear eficiencias que antes estaban fuera de alcance.