Aunque en las conversaciones los términos DMLS (Sinterizado Directo de Metal por Láser) y SLM (Fusión Selectiva por Láser) suelen usarse indistintamente, en la práctica no son idénticos. Estas dos tecnologías de impresión 3D en metal se basan en principios similares —la fabricación capa por capa utilizando un láser y polvo metálico—, pero difieren de manera significativa en la forma en que el material es procesado.
DMLS funciona sinterizando el polvo metálico justo por debajo de su punto de fusión, uniendo las partículas mediante calor y presión. Este método es ideal para aleaciones que no se funden completamente o que están diseñadas para conservar cierta elasticidad o propiedades térmicas. Ofrece un excelente control dimensional y funciona muy bien con materiales como titanio o aleaciones de aluminio, aunque el resultado puede incluir una ligera porosidad a menos que se aplique un posprocesado.
En cambio, SLM va un paso más allá al fundir completamente el polvo para formar una estructura única y homogénea. El resultado es una pieza más densa y robusta, con propiedades mecánicas superiores. Esto hace que SLM sea más adecuada para aplicaciones que soportan carga o componentes estructurales, especialmente en las industrias aeroespacial o automotriz, donde la integridad del material es crítica.
Comprender estas diferencias es esencial para elegir el proceso correcto. Ya sea que busques máxima resistencia, precisión o resistencia térmica, alinear tu aplicación con la tecnología adecuada puede tener un impacto significativo en el rendimiento y la eficiencia de producción de tu producto.