Rediseñar un múltiple tradicionalmente mecanizado para convertirlo en una sola pieza impresa en 3D desbloquea una serie de beneficios para los fabricantes. En lugar de fabricar múltiples componentes y soldarlos o atornillarlos entre sí, los ingenieros pueden consolidar toda la estructura en una sola geometría optimizada.
Este cambio reduce la cantidad de pasos de ensamble requeridos, lo que significa menores costos de mano de obra, tiempos de entrega más cortos y menos oportunidades de fallas por fugas o desalineaciones. Menos uniones también significa menos puntos de fuga, algo crucial en aplicaciones donde el control de presión y temperatura es esencial.
Más allá de la eficiencia en producción, el rendimiento también mejora. Los canales internos pueden optimizarse para un flujo de fluido más suave, menor caída de presión y mejor transferencia de calor, todo gracias a la libertad de diseño que permite la manufactura aditiva.
La transición de múltiplos mecanizados a impresos no es solo una tendencia, es una estrategia inteligente para mejorar la confiabilidad, simplificar la producción y obtener un rendimiento superior.