Los diseños de piezas tradicionales dependen de volúmenes internos sólidos para mantener la integridad estructural. Pero en aplicaciones modernas —especialmente en las industrias aeroespacial, automotriz y médica— la reducción de peso es crítica. Ahí es donde entran las estructuras lattice o enrejados. Al reemplazar núcleos sólidos por entramados internos diseñados cuidadosamente, las piezas pueden ser hasta un 40% más ligeras mientras siguen cumpliendo los requisitos mecánicos.
Las estructuras lattice funcionan distribuyendo las trayectorias de carga de manera más eficiente. En lugar de que una masa sólida absorba todas las fuerzas, una red tipo malla de puntales distribuye la carga a través de la estructura. Esto no solo reduce la masa, sino que también abre nuevas posibilidades en gestión térmica, ya que el calor puede fluir de manera más predecible a través de canales abiertos.
Estas ventajas van más allá del rendimiento. Los lattice reducen la cantidad de material utilizado, lo que disminuye costos de materia prima y acorta los tiempos de impresión 3D. Esto es un beneficio enorme al trabajar con aleaciones costosas o en producciones de gran escala. Además, las estructuras internas de tipo lattice pueden personalizarse para obtener propiedades específicas, como absorción de energía o rigidez direccional, lo que las hace ideales para componentes multifuncionales.
Por supuesto, no todos los diseños se benefician por igual de las estructuras lattice, y la simulación juega un papel crucial en validar su efectividad. Pero cuando se implementan de manera correcta, los resultados son significativos: piezas más ligeras, más inteligentes y eficientes, alineadas con las demandas de la ingeniería moderna.