Cuando se habla de “reciclar polvo” en la impresión 3D metálica, mucha gente asume que el material no utilizado simplemente regresa a la tolva. La realidad es mucho más matizada y crítica para el desempeño de las piezas. El polvo reciclado en AM metálica pasa por un proceso riguroso de recuperación para garantizar que mantenga su integridad en futuras construcciones.
Después de terminar una impresión, el polvo no sinterizado se recolecta, se tamiza y se descontamina. El tamizado elimina aglomerados y partículas grandes que pueden obstruir el flujo del polvo o generar defectos. Luego, los especialistas en materiales analizan el polvo recuperado para verificar la distribución del tamaño de partícula, la fluidez y la composición química. Si no cumple con los estándares requeridos, se descarta o se mezcla con polvo virgen para devolverlo a especificación.
Este enfoque reduce el desperdicio y los costos de material, pero requiere un control estricto. Utilizar polvo reciclado en exceso sin las verificaciones de calidad adecuadas puede causar defectos superficiales, porosidad interna o pérdida de resistencia. En Scojet seguimos protocolos estrictos en nuestros procesos de recuperación de polvo para garantizar consistencia entre impresiones, especialmente para clientes en industrias reguladas como aeroespacial, defensa y dispositivos médicos.
¿La conclusión? La recuperación de polvo no trata de reutilizar, sino de renovar. Al tratar el polvo recuperado con el mismo rigor que el material nuevo, los fabricantes pueden reducir el impacto ambiental sin sacrificar calidad.